El hijo del Capitán Trueno Nunca fue un hijo digno del padre Salió poeta y no una fiera Hijo de su madre.
El hijo del Capitán Trueno No quiso nunca ser marinero No se embarcaba en aventuras Levantaba dudas.
El hijo del Capitán Trueno Tenía un algo que le hacía distinto Distinto como cada quien es De lo nunca visto.
Y se pasaba horas entre las ballenas Y se hibridaba sólo y siempre con sirenas Y apoyado en el faro cantaba así.
En el océano me pierdo Veo el océano y... no sé Tan increíblemente inmenso Tan respetable Que no navegaré No navegaré No lo navegaré.
El hijo del Capitán Trueno Tenía al menos un anillo por dedo Y en cada oreja un pendiente, sí Pero ¡qué valiente!
El hijo del Capitán Trueno Tenía fama y mucha pinta de raro Y a todo el mundo le hizo ver Que eso no era malo.
Y así que le encantaba estar entre ballenas Y se especializaba en conquistar sirenas Y de noche en el faro les cantaba así... (Ballenas, Delfines, Sirenas)
Y se pasaba horas entre sus ballenas Con arte seducía a todas las sirenas Desde lo alto del faro les cantaba así, así, así...
En el océano me pierdo Veo el océano y... no sé Tan increíblemente grande y tan inmenso Tan respetable Que no navegaré.
En el océano me pierdo Veo el océano y... no sé Tan increíblemente grande y tan inmenso Tan respetable Que no navegaré No navegaré No lo navegaré No lo navegaré No lo navegaré.
Tan increíblemente grande y tan inmenso Tan respetable Que no navegaré.