Lyrics:

Silencio, me estoy tirando al monte, silencio,
hay pasos que me vienen siguiendo...
pero eso es que me ha dao' siempre igual,
jaleo, �t� te vendr�s conmigo?, jaleo,
si hasta al cerrar los ojos te veo,
si nunca nos vienen a buscar,

Y los olivos me cuentan que me canso de so�ar contigo
que estoy acorralado y no me quedan tiros,
que va siendo hora de despertar.
Y en los nogales acuesto al beso que te empa�a los cristales,
el que ha escrito con mierda entre los matorrales
que va a morir en un barrizal,

Y tallo corazones a navaja en el torso desnudo de un naranjo,
que quiero ver bajar de tu mirada, con las armas cargadas,
bandoleros a caballo,
y con sus crines hacerte una cama para que siempre duermas a mi lado,
y darnos al vaiv�n de la ma�ana,
que nos dar� mas vueltas que una piedra en un barranco,
que una piedra en un barranco.

Te huelo, te crees que estoy roncando y te huelo,
y vuelo entre la cama y el suelo,
Y vuelvo pa quitar el serr�n
a tiempo, a tiempo de decirte... nos vemos
Y yo ser� la sombra de un sue�o,
la luz ser�s la luz de un candil,

y de un almendro te har� una flauta para que la sople el viento
y una cachaba para apalear al tiempo que siempre se nos quiso escapar,
y de una encina te har� carb�n si se te cae la noche encima
y que su manto sea un pa�o de cocina para desempa�arte el cristal,

Y tallo corazones a navaja en el torso desnudo de un naranjo,
que quiero ver bajar de tu mirada, con las armas cargadas,
bandoleros a caballo,
y con sus crines hacerte una cama para que siempre duermas a mi lado,
y darnos al vaiv�n de la ma�ana,
que nos dar� mas vueltas que una piedra en un barranco,
que una piedra en un barranco.

Y ag�rrate a la grupa si empieza a oler mal,
que vamos galopando hacia ning�n lugar,
y ahuecando, que vienen a miles
los Guardias Civiles y la Nacional,
y con menos papeles que una liebre andar,
por trochas y caminos volver a empezar,
donde no haya un ojo que vigile.

Y tallo corazones a navaja en el torso desnudo de un naranjo,
que quiero ver bajar de tu mirada, con las armas cargadas,
bandoleros a caballo,
y con sus crines hacerte una cama para que siempre duermas a mi lado,
y darnos al vaiv�n de la ma�ana,
que nos dar� mas vueltas que una piedra en un barranco,
que una piedra en un barranco.