Si tú me extrañas a mí, yo no me olvido de tí. ¿Por qué, mi amor, separarnos? Si tú me lloras a mí, hago lo mismo por tí... ¿Como enjuagarlo? Y no es verdad que aquí nadie apuesta un duro más.
Maldita apuesta feroz, y de por medio el amor... Cuando faltas te extraño.
No es una canción de amor, eso al menos pienso yo; es algo más sano. Con la opinión de Dios, quizás uno de los dos lo vea más claro.
¿Quién rezará, quién ganará este estúpido duelo?
Maldita apuesta de amor, que uno de los dos perdió. Cuando faltas me muero...