Mi esqueleto Al nacer me asignaron como a todos un fragil esqueleto muy pequeño. Le acepté y cuidé año tras año y crecíamos los dos al mismo tiempo y así convivimos juntos
el procura no hacerse notar mucho mi esqueleto es muy modesto.
Yo procuro que él también se sienta a gusto incluso le llevo a visitar paises extranjeros
procuro que no sufra ningún daño que le cause privarse de algún hueso
le hospedo deferente y hasta le animo a que haga el amor con otros esqueletos
y esto es lo que a él más le gusta mayormente y luego descansar, y hacerse el muerto, y hacerse el muerto.
Me place imaginar que cuando muera mi esqueleto va a quedar al descubierto; representará entonces lo que fui mientras viví y entonces creo, creo que así, se sentirá más cómodo completo.