Cierto que hu� de los fastos y los oropeles
y que jam�s puse en venta ninguna quimera,
siempre evit� ser un s�bdito de los laureles
porque vivir era un v�rtigo y no una carrera.
Pero quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber cre�do que amar
era el verbo m�s bello�
d�melo�
me va la vida en ello.
Cierto que no prescind� de ning�n laberinto
que amenazara con un callej�n sin salida
ante otro "m�s de lo mismo" cre� en lo distinto
porque vivir era b�squeda y no una guarida.
Cierto que cuando aprend� que la vida iba en serio
quise quemarla deprisa jugando con fuego
y me abras� defendiendo mi propio criterio
porque vivir era m�s que unas reglas en juego.