Nunca necesitaste a nadie para vivir
ni siquiera te fijaste que hab�a a tu alrededor.
Desesperado mirabas las paredes de tu habitaci�n
y gritaste muy fuerte, pero nadie te conoci�.
Y ahora tendr�s que seguir
cargando tu cruz
por el resto de tus d�as,
por el resto de tus d�as.
Cre�as que la balanza siempre estaba a tu favor
y lo mejor de todo era que s�lo lo cre�as vos.
S�lo si diste algo, algo podr�s recibir
y el amor que esperas s�lo depende de ti.
Y ahora tendr�s que seguir
cargando tu cruz
por el resto de tus d�as
por el resto de tus d�as
por el resto de tus d�as
por el resto de tus d�as...