El polvo y tiempo acumulados sobre tu esperanza se olvidaron de ser. Se han ido fugando de tus ojos d1ndole el sitio luces propias de una mujer.
Por eso tu sonrisa ha cambiado algo en este invierno que ya no pasar1 sin luz como todos los inviernos tenaz como todos los inviernos fugaz como todos los inviernos est1s desafiando la ciudad. Aquella seAora que hace bien el papel al manso marido que despierta a las seis y al tonto reloj del Rey.
No sabes cuanto de subversivo vive en una sonrisa que no quiere comprar y cuanto de muerte hacia el pasado que se incrusta en los dedos cual resto de humedad.
La historia choca contra tu saya y se hacen remolinos que huyen del amor, como se dice que huyen los demonios de las estancias crueles para el odio. Bendita est1 tu risa. Am9n.