De esquina a esquina, de orilla a orilla Se perseguían por las ciudades Sobre la gente, por las cornisas Era el pan nuestro de cada día A cal y canto por los barrancos A pleno grito como una campana que pidiera auxilio
Él la llamaba mas presentía Que había otro hombre en medio de su vida Se golpeaban, les separaban Y al otro día no pasaba nada Tenían amigos que les leían Aquellas cartas que algún conocido les escribiría
Nunca pusieron ninguna vela a santa Lucía Ni una novena aunque la esperanza estaba consumida Porque los días fueron llenando con la bebida Atrás quedo su juventud cuando aún podían esperar
Eran violentos en sus encuentros Cuando no había nadie cerca de ellos Con los bastones con puños luego Mientras se insultan a cara de perro Se acuchillaron medio borrachos Después de haber tomado una ración de gambas mano a mano