El problema no es
si te buscas o no m�s problemas.
El problema no es
ser capaz de volver a empezar.
El problema no es
vivir demostrando
a uno que te exige
y anda mendigando.
El problema no es
repetir el ayer
como f�rmula para salvarse.
El problema no es jugar a darse.
El problema no es de ocasi�n.
El problema, se�or,
sigue siendo sembrar amor.
El problema no es
de quien vino y se fue o viceversa.
El problema no es
de los ni�os que ostentan pap�s.
El problema no es
de quien saca cuenta y recuenta
y a su bolsillo
suma lo que resta.
El problema no es de la moda mundial
ni de que haya tan mala memoria.
El problema no queda en la gloria
ni en que falten tes�n y sudor.
El problema, se�or,
sigue siendo sembrar amor.
El problema no es
despe�arse en abismos de ensue�o
porque hoy no lleg�
al futuro sangrado de ayer.
El problema no es
que el tiempo sentencie extrav�o
cuando hay juventudes
so�ando desv�os.
El problema no es
darle un hacha al dolor
y hacer le�a con todo y la palma.
El problema vital es el alma.
El problema es de resurrecci�n.
El problema, se�or,
ser� siempre sembrar amor.