Uno más entre un millón, en la misma encrucijada, en la misma dirección, en la misma madrugada. Solitarios en el bar en busca de compañía explorando la ciudad palmo a palmo cada día. Víctimas del desamor dan vueltas en la noche hasta que vuelven a su casa donde espera un trago más, la misma habitación desordenada. Se oye la misma canción la función ha comenzado empapados en alcohol con perfume de tabaco. Víctimas del desamor clientes de la noche aparentes alocados sutileza de cajón de cómulos de a pié al fin y al cabo. Un millón entre un millón dos lenguajes diferentes con idéntico final la misma historia de siempre. Victimas del desamor las bocas enmudecen y alguien lanza una plegaria y después un trago más la misma habitación desordenada...